Fuerza de voluntad

Siendo rigurosamente respetuoso con la norma de publicación de entradas, vuelvo con un tema que, a mi parecer, es muy personal. Estamos hablando de la fuerza de voluntad, algo que solo nosotros somos capaces de conocer, que nadie nos puede enseñar, por mucho que nos empeñemos en pensar lo contrario. Apasionante cuanto menos, vamos allá.

Cuando de pequeño me mordía las uñas, mi madre me decía que tuviera fuerza de voluntad. Yo, que no sabía lo que significaba, pensaba que era algo relacionado con la fuerza, pero cuando me ponía a pensar en lo que era la voluntad me entraban dudas. Y creo que es el momento perfecto para aclarar esto antes de comenzar de lleno con este tema tan bonito.

Hay montones de libros que hablan de la voluntad, yo he leído ya tres libros que hablan de ello, aunque me empeño en pensar en que, a pesar de que me hayan ayudado mucho esos libros, no son más que opiniones personales basadas en su propia experiencia. Y digo esto porque si tuviera que decir lo que yo entendí como voluntad para cada uno de ellos podríamos estar hablando de temas muy distintos, aunque haya encontrado cosas realmente positivas en ellos.

Para mí, para lo que es desde mi experiencia y lo que he leído en libros, la voluntad, es (por supuesto y sin lugar a dudas) una aptitud. Una facultad que nos permite tomar decisiones por nosotros mismos, por nuestra propia conducta.
Impresionante, diría yo. La voluntad nos permite tomar la decisión que nosotros mismos queramos, algo que recae única y exclusivamente a nosotros, y a nadie más. Esto quiere decir que si no queremos levantarnos de la cama, por ejemplo, no lo hacemos, o si no queremos ayudar a esa mujer a cruzar la calle, no lo hacemos. Todo esto hablando sin ninguna fuerza externa que nos obligue a hacer lo contrario.

Sin duda es algo que nos puede llevar a ser muy buenos y muy malos, de esta manera creo haber encontrado la manera de introducirme de forma breve en la fuerza de voluntad.

Siempre que nos referimos a ella es porque hay una adversidad, una oposición que nos impide llegar a hacer algo. ¿Para que me voy a referir a la fuerza de voluntad si cuando llego a casa nadie me tiene que decir que me ponga a estudiar a una hora concreta? Total, si soy capaz por mí mismo de lograr mis objetivos, no tengo que referirme a fuerza de voluntad, ya que la estoy "usando". Por ello, quiero aludir a la fuerza de voluntad cuando no somos capaces de conseguir algo que, por su parte, deseamos.

De acuerdo, muchas cosas de golpe, pero me viene otra pregunta: ¿cómo alcanzar la fuerza de voluntad?
Si supiera alguien a ciencia cierta la respuesta a ésto, el mundo no sería tal cual lo conocemos.
Yo, desde mi experiencia, digo que es algo que uno adquiere por sí mismo, que no puede aprenderse en los libros, que no se puede enseñar, y, que si no se conoce, no se puede entender, como otras muchas cosas...

En un momento de mi vida como éste, donde tengo que tirar de pastillas para dormir y donde la concentración es cada vez más difícil, por no nombrar más cosas, aseguro que la fuerza de voluntad está dentro de nosotros y que todos somos capaces de alcanzarla, estoy casi seguro.
Por esta razón, creo estar usando la fuerza de voluntad por el hecho de que antes era capaz de alcanzar aquellos méritos personales como la concentración para desempeñar una actividad o no estar todo el día dándole vueltas a lo mismo. Ahora, por el contrario, no.

La fuerza de voluntad es también un deseo, una fuerza mental por intentar llevar a la normalidad algo o intentar conseguir éso que quieres. Por ejemplo, la gente que se propone adelgazar y que nunca lo consigue porque finalmente les resulta muy incómodo tener que dejar de darse esos caprichos alimenticios, o por razones varias, vaya. La cuestión es siempre la misma "...fuerza de voluntad".

Pues a ello me refiero, a ese interés personal por conquistar lo que uno quiere, por no rendirse, por querer sentimentalmente aquello que se ha propuesto.
-"La verdadera fuerza de voluntad lleva consigo una gran satisfacción"

Recuerdo haber dicho esto durante una clase de lengua la semana pasada cuando mis compañeros intentaban recuperar la asignatura (supongo que pondrían parte de su fuerza de voluntad por haberse sentado a estudiar los días antes), y de repente le formulé ésto a mi pobre y a veces aburrida por falta de conversación, compañera de mesa.
Me miró con la cara con la que me suele mirar, pero estoy convencido de que me escuchó. Luego se rió y siguió a lo suyo. Mientras tanto apunté esta curiosa opinión que para mí define perfectamente lo que es tener el poder de tu propia fuerza de voluntad.

Yendo un poco más hacia adentro, en días como hoy, donde levantarse por la mañana es ya un "sacrificio", supone para mí un gran reto personal, que, lo que para muchos sería una dura inmolación como acabo de decir,  aseguro que para mí es un reto.
Mientras muchos seres cercanos pronuncian lo malvada que es la vida y los inconvenientes que tiene (que no digo que no), yo pienso lo maravillosa que es la vida. Debo ser un privilegiado por pensar así, por mirar a lo que tengo y no a lo que no tengo, y a pesar de tener miedo a perder ciertas cosas que ahora sí tengo, lucho por no perderlo y llevar lo mejor posible el riesgo de perderlo.
No me puedo imaginar como puede ser mi vida dentro de unos meses si la situación no cambia, sin duda alguna no deseo pensar en ello, tan solo pretendo pensar en hoy, en que hoy estoy teniendo la fuerza de voluntad de escribirte esto a ti, que es a quien va dirigido y que supongo que te compadeces, querido nakama.

Intentando llegar a una breve conclusión para nos ser demasiado extenso, quiero comentar que la fuerza de voluntad también va a lugares visibles, a cosas que no son solo abstractas. Hace unos días comencé a notar un leve tic en mi hombro derecho, no sé que tiene de positivo esto, ya que, por un lado, es bueno darse cuenta de que uno mismo tiene un problema, pero con este tipo de problemas ser consciente de que uno tiene un tic favorece a seguir teniéndolo, porque piensas en ello.

*Aclararé esto brevemente haciendo referencia a un libro que he leído sobre un hombre en un campo de concentración que llegaba a esta conclusión cuanto menos acertada, decía así:
-"Cuando alguien no consigue dormir, suele pensar en que quiere dormir, quiere dormir, quiere dormir...
Sin embargo, ésto favorece a quedar despierto, a no dormir. Por ello, recomiendo pensar en estar despierto, ya que favorecerá a quedar dormido al poco tiempo".

Es algo demostrado y que espero que algún día me pueda servir, desde luego hoy  no.

Por esto mismo no sé si es bueno que yo sea consciente y sea el único que sepa esto. No sé como controlarlo, no sé por qué ha salido, no sé que hacer. Pero no estoy perdido, creo que puedo salir de este pequeño bache sin tomar más pastillas. Tengo fe en mí mismo, en mi familia, y en mi propia fuerza de voluntad.

Finalmente quiero comentar un poco más esto de la satisfacción, para acabar de una forma más agradable.
Cuando logro lo que consigo, cuando me ha costado años, por ejemplo el sacar buenas notas, te sabe el doble de bien. No encuentro una manera de expresarlo, pero es claro. Si te propones algo, y lo cumples, te enriqueces interiormente, y es fantástico.
Esto es algo que no se aprende en los libros, que no se enseña y que no se ve, tan solo se siente.
Todo ello agrupa un conjunto de emociones y sentimientos que me hacen pensar por momentos que la vida es maravillosa, aunque solo sea durante un rato. El próximo día hablaré de la felicidad, porque creo que puedo comenzar a enlazar cosas. Prometía hablar de la educación, pero necesito encontrar un par de ramas más para pegar al árbol antes de subirme a él. Espero que te haya servido.

Arigato desu, Tenzin.